jueves, 23 de marzo de 2017

PSICOPEDAGOGÍA



LA SOBREPROTECCIÓN, NO SUMA, SINO QUE RESTA AL PROCESO EDUCATIVO

Sabemos que la protección es un cuidado preventivo necesario y natural, ante un eventual riesgo o problema, pero cuando esa actitud exagera el cuidado, y no permite a la otra persona el realizar las tareas propias de su edad, pretendiendo que no sufra por ningún motivo y tratando de hacerle la vida más fácil, anticipándose a cualquier necesidad o demanda que tenga, generando conductas que no corresponde a su edad; entonces estamos ante una conducta de “sobreprotección. Webmaster Psicología afirma en su blog: “Todos los niños necesitan la protección de sus padres ante ciertos peligros que encontrarán en su vida, pero cuando esta protección se convierte en una burbuja de aislamiento hacia una gran parte de lo que ocurre en el exterior hablamos de sobreprotección”.

Descubrir si alguno de nuestros estudiantes es sobreprotegido, no es tanto para actuar directamente nosotros como profesores (aunque es posible que más de un profesor tenga la especialidad en psicopedagogía), sino para detectar a tiempo, y formalizar el debido procedimiento, siguiendo el protocolo de convivencia escolar. Según CUIDADO DE LA SALUD, nos dice que “los niños que han recibido un cuidado excesivo por parte de sus padres, normalmente poseen ciertas características, algunos ejemplos serian que:
Comportamiento de niños sobreprotegidos 
Carecen de iniciativa,
Son incapaces de tomar decisiones
Pueden comportarse de forma:
     »         Insegura y temerosa.
     »         Dependiente.
     »         Tímida.
     »         Nerviosa.
Los niños con estas características sufren cuando tienen que separarse de sus padres para ir a la escuela”[1].

En la escuela, según los sistemas educativos más habituales, somos los profesores quienes asumimos la responsabilidad de detectar a tiempo los obstáculos para el correcto aprendizaje de los estudiantes, y si es necesario, derivarlos a un tratamiento especializado. En las redes hay mucha literatura sobre el tema, y debemos aprovecharla, porque nos es conveniente conocer las señales de posible “sobreprotección”, e iniciar el proceso de ayuda de acuerdo con las normas y reglamentos de la institución educativa. Recordemos que “somos como padres o madres” de esos estudiantes, pero realmente (salvo excepciones) no lo somos, por lo que no debemos asumir un rol que no nos corresponde. Además, necesitamos hacer ver que la sobreprotección, no suma, sino que resta al proceso educativo de nuestros estudiantes[2].

El Blog GUÍA INFANTIL[3] publica un interesante artículo de la psicóloga Silvia Álava Sordo, ella afirma que: “la sobreprotección es un estilo educativo de los padres, en los que éstos, asumen parte de las responsabilidades de sus hijos, les tratan como más pequeños, les resuelven los problemas… por evitar que el niño sufra, se frustre o lo pase mal, los padres le dan las tareas resueltas, y no son conscientes que están impidiendo que sus hijos aprendan, que se desarrollen correctamente, que crezca sanos, seguros, autónomos e independientes”; y señala algunos indicadores de padres de familia, que nos están enviando a la escuela, niños “sobreprotegidos”:

Ø no les dejan hacer las cosas que sí pueden hacer,
Ø se anticipan a la satisfacción de que sus hijos sientan que han hecho algo por sí mismos,
Ø les impiden desarrollar recursos y estrategias,
Ø satisfacen sus necesidades en exceso,
Ø no dejar que se frustren o que sufran,
Ø no permiten, a sus hijos, que se queden sin algo que les guste,
Ø no admiten que luchen por sus objetivos,
Ø en lugar de ayudar, resuelven los problemas, y
Ø (en algunos casos extremos) un miedo intenso e irracional por asistir a la escuela, y se identifica a través de síntomas como la ansiedad, sudoración de manos, temblor, dolor de cabeza o estómago, náuseas y mareos, que se conoce como la fobia escolar[4].

El diálogo con los padres de familia, siempre será el mejor puente para cooperar en la formación integral de nuestros estudiantes, por eso podríamos aprovechar las reuniones para leer juntos el artículo de la rumana Olga Valyaeva, traducido y adaptado por Genial Gurú[5], en el cual se relatan cuatro historias y se dan unos consejos a los padres de familia. Y dice: “Dales a tus hijos la oportunidad de vivir y respirar. Así podrán crecer y desarrollarse en el área que tengan destinada. Nuestro rol como padres es muy sencilla: regar a tiempo, pero no ocultar del sol, proteger de las malezas; después el niño, tal como una flor, podrá crecer por su cuenta y mostrar lo mejor de sí”.

Para valorar la importancia de compartir la tarea educativa entre el hogar y la escuela, recordamos dos consejos de Bill Gates en la Universidad de Yale, a los jóvenes: “Si te equivocas no culpes a tus padres, asume tu responsabilidad y aprende de los errores” y “Si crees que tu profesor es duro, espera a conocer a tu jefe, este no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida”, y también recordar que “la alegría no llega sólo con el encuentro de lo hallado sino que forma parte del proceso de búsqueda. Y enseñar y aprender no se pueden dar fuera de ese proceso de búsqueda, fuera de la belleza y de la alegría” (Paulo Freire).

De esta manera nuestra labor, como profesores, logrará el objetivo de la educación, cual es, acompañar el pleno desarrollo de nuestros estudiantes, en sus potencialidades y habilidades, orientadas a la toma de conciencia del rol que les toca desempeñar para perfeccionar su contexto, con una conciencia crítica, capaces de analizar la realidad del mundo en que viven y favorecer la transformación de la sociedad en más justa, igualitaria y democrática[6], como opina Paulo Freire.

SI sabemos detectar a tiempo los síntomas de sobreprotección, muchas veces practicadas por los padres de familia de manera inconsciente, estaremos allanando el camino para un eficaz y fértil proceso de enseñanza – aprendizaje, pues el estudiante aprende mejor cuando está preparado de manera adecuada tanto física, mental y emocionalmente, y es nuestra tarea trabajar incansablemente para mantener nuestra mente clara para hacer posible las cosas, pues estamos convencidos, como nos animó Steve Jobs: “Vale la pena llegar hasta el final con esto, porque cuando terminas puedes mover montañas”, y que “nos hacemos sabios no por el recuerdo de nuestro pasado, sino por la responsabilidad de nuestro futuro” (George Bernard Shaw).

Trujillo, 22 de marzo del 2017
J. Antonio Mansen Bellina, cmf




[1] http://www.cuidadodelasalud.com/cuidado-del-cuerpo/caracteristicas-de-los-ninos-sobreprotegidos/
[2] http://www.educauc.cl/la-sobreproteccion-dificulta-la-vida-escolar
[3] https://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/autonomia/sintomas-de-un-nino-sobreprotegido/
[4] http://www.salud180.com/salud-dia-dia/fobia-escolar-es-comun-en-ninos-sobreprotegidos
[5] https://genial.guru/psicologia/no-vivas-solo-por-tus-hijos-609/
[6] http://peducativas.blogspot.pe/2011/09/fines-de-la-educacion-segun-paulo.html

jueves, 2 de marzo de 2017

DIÁLOGO PADRES Y PROFESORES



CÓMO DIALOGAR MEJOR CON LOS PADRES DE FAMILIA


La maestra de primaria Terri Eichholz, ha ejercido su docencia por más de 25 años en San Antonio, Texas (USA) y 17 años en la enseñanza de estudiantes dotados y talentosos; desde su experiencia ella nos propone cómo mejorar en la comunicación con los padres de familia. En su artículo publicado por EDUTOPÍA (George Lucas Educational Foundation)[i], nos dice que recuerda esta pregunta de una madre de familia: “Usted no tiene hijos, ¿verdad?", (por una decisión que había tomado en el aula), y continúa: “No tenía hijos en ese momento. Yo estaba ofendida, sin embargo, por la importancia de que mi falta de descendencia tuviera sobre la validez de mi consejo, me tranquilicé”. Ahora sabe que “no necesitamos tener nuestros propios hijos para ser buenos maestros, pero hay que tener empatía, humildad y dedicación para hacer lo que es mejor para nuestros estudiantes”.

“Con los años, siento que he mejorado en la comunicación con los padres y cómo he hecho grandes esfuerzos para ponerme en sus zapatos… Ahora que tengo casi 26 años de experiencia, mi reacción es todo lo contrario. Mentalmente represento la situación y reflexiono acerca de si yo podría haber actuado mejor. Si es afirmativo, inmediatamente debo pedir disculpas a los padres y delinear los pasos voy a tomar para mejorar la situación. Si no es así, me aseguro de que el padre sabe por qué creo que fue el mejor camino de acción y que valoro a su hijo lo suficiente como para seguir adelante”. Un poco de diplomacia, mucha empatía y aquí sus consejos:

SEA PROACTIVO
No espere a que los problemas que broten. Sea Usted quien tome la iniciativa para mejorar la comunicación con los padres de familia. Con la tecnología que se disponible hoy, los profesores deben ser capaces de actualizar a los padres al menos una vez a la semana acerca de lo que está pasando en el aula. El uso de múltiples tipos de medios de comunicación sociales, correo electrónico, y el boletín en papel, son recursos probados y válidos.

NO TOME DECISIONES SOLO(A)
Cuando los padres están inquietos, descontentos o expresan alguna frustración por no poder ayudar a sus hijos, abra caminos de diálogo para escuchar primero. No se ponga a la defensiva, pregúntese: "Aparte de no estar de acuerdo conmigo, ¿qué le motivaría esto?". Piense en lo que alguien podría decirle a usted para apaciguar la situación con una mente abierta si la situación fuera a la inversa. Por ejemplo: "¿Me puede decir qué ha pasado para que se sienta de esta manera?". Siempre habrá personas con mayor experiencia y sabiduría, que Usted.

PIDA CONSEJO A LOS PADRES
Si un estudiante está exhibiendo comportamientos negativos, llame a los padres para conocer cómo se comporta en su casa. A veces los padres no observan este comportamiento en el hogar, y es una gran oportunidad para invitarlos a la escuela. Incluso si no apoyan o no vienen a la cita, hágales saber que valora mucho su opinión, sin la cual no podrá ayudar a su hijo(a). Escuchar a los padres y sus recomendaciones para orientar a sus hijos, evita usurpar involuntariamente roles e invadir espacios propios de los progenitores.

INVOLÚCRESE EN LA COMUNIDAD
Cuando usted aparece en los eventos deportivos, festivales y otras actividades de la comunidad, se envía el mensaje a los niños y sus padres que se preocupan por la formación integral, no sólo conocimientos. No hay un yo y ellos, sino un nosotros como comunidad educativa. Los padres de familia se dan cuenta de que está sacrificando su tiempo libre para mostrar su apoyo a sus hijos, y lo aprecian.

ELIJA SUS BATALLAS
Si uno de los padres y no está de acuerdo con Usted, recuerde que siempre dependerá del primer encuentro, su futura relación con ese padre o madre. Si por más que busca caminos de conciliación, no está(n) dispuesto(s) a aceptar o concertar, pregúntese si su método es realmente el mejor y o quizá haciendo alguna variación hay probabilidad de que mejore la situación. Recordar que el incumplimiento de tareas o normas de la escuela, no se corrigen con sanciones (siguiendo el proceso del reglamento institucional), sino con la toma de conciencia de la falta cometida y el propósito de no volver a repetir la falta.

ADMITA CUANDO ESTÁ MAL
Como maestra y (ahora) como madre -nos dice Terri Eichholz-, “puedo decir con verdad que los padres no pierden el respeto a un profesor cuando él(ella) admite sus errores y los corrige. Mientras que perciban que usted está realmente tratando de hacer lo que es mejor para sus hijos, los padres no le censurarán por errores ocasionales. Lo que molesta a los padres es cuando los maestros actúan autoritariamente, como si fueran patronos y dan la impresión de que no están dispuestos a escuchar a las personas que conocen mejor a sus hijos.

Examine con detenimiento cómo es la comunicación que mantiene con los padres de sus estudiantes o con los profesores de tus hijos.  Pregúntese: ¿Cómo puedo mejorar la comunicación para que nuestra acción educativa compartida sea mucho más efectiva? (Óscar González).

Trujillo (Perú), 02 de marzo del 2017
J. Antonio Mansen Bellina, cmf


FUENTE:
EDUTOPIA.ORG



[i] “New teachers. How to Talk to Parents”